Cada vez que pienso en una bebida se me pasa por la cabeza un té. Pero, ¿por qué eso y no un trago o una gaseosa? El sabor de éste es delicioso. Es todo un ritual prepararlo y consumirlo. Muy aparte de esto, tiene propiedades excelentes para el organismo y la mente.
Hay distintos tipos de té. Los más conocidos y consumidos son el té negro, verde, rojo y blanco. Cada uno tiene un sabor peculiar y varía mucho según la calidad. No es lo mismo preparar un té de bolsita que uno a granel. En verdad no se sabe muy bien qué tan bueno es un té en la primera presentación mencionada. En cambio a granel, uno puedo observar las hojas y apreciar la calidad según la apariencia.
El té negro es el típico que todos conocen. Es el que los ingleses consumen todas las tardes con leche y azúcar. Es el que menos recomiendo, aunque el té negro Earl Grey es delicioso y se puede disfrutar sin azúcar ni leche. El té verde no es fermentado, se recolecta la hoja, se deja secar y luego se cuece al vapor y es secado con fuego. El pu erh (té rojo) es el verde fermentado en barricas de roble entr 2 a 60 años, producido mayormente en la zona de Yunnan en China. El té blanco es el más fino de todos. Crece en las alturas de Fujian y es la recolección del primer brote que sólo crece en primavera. El precio es superior al resto.
Las propiedades generales del té son las siguientes:
- Es ideal en dietas ya que no tiene calorías, aumenta la energía, es suavemente diurético y favorece la eliminación de grasas.
- Conveniente en enfermedades cardiovasculares ya que baja los niveles de colesterol “malo” (LDL) y triglicéridos.
- Protege contra las caries dentales por su contenido de flúor.
- Combate la fatiga física y mental, aumenta la capacidad de concentración y memoria.
- Previene el cáncer de colon.
- Por su gran cantidad de antioxidantes, ayuda a que no se generen enfermedades degenerativas y el envejecimiento.
- Desintoxica y depura activando el metabolismo del hígado.
El consumo de té está creciendo a nivel mundial. Es que es una bebida riquísima que nos hace sentir súper bien. Lo ideal es tomar entre 2 a 3 tazas diarias entre las comidas (media mañana o media tarde). Recomiendo consumir el té sin azúcares u otros edulcorantes para gozar aún más el sabor y beneficiarnos con las propiedades que nos ofrece.
